Tuesday, January 31, 2006

La Piedra Bashkir

La historia de esta Piedra comienza cuando el doctor en ciencias físicas y matemáticas y profesor en la Universidad estatal de Bashkiriev, Alexandre Chuvyrov en compañía de una estudiante de nacionalidad china Huan Hun, decidió estudiar la hipótesis de que la antigua población de China emigrara a las zonas de Siberia y los Urales. A lo largo de sus expediciones en Bashkir, encontraron varios grabados rupestres en chino antiguo que trataban mayoritariamente sobre comercio, bodas y defunciones.

Durante esas investigaciones, encontraron en el archivo del Gobernador General de Ufa notas del siglo XVIII que relataban la existencia, cerca de la aldea de Chandar en la región de Nurimanov, de unas 200 misteriosas tablillas de piedra grabada. Otras fuentes indicaban que en los siglos XVII y XVIII, expediciones de científicos rusos a los Urales habían estudiado esas 200 tablillas blancas que tenían grabados distintos signos y motivos. Había también otras notas que indicaban que a principios del siglo XX, el arqueólogo A. Schmidt también había visto estas tablillas de color blanco en Bashkir. Alexandre Chuvyrov formó a un equipo de estudiantes para continuar la investigación y en 1998 comenzó su expedición. Después de varias tentativas fracasadas, A. Chuvyrov comenzó a desconfiar y a sospechar que se trataba solamente de una leyenda. Pero su suerte cambió. Un año despues, en el mes de julio de 1999, el ex-presidente del Consejo Agrícola Local, Vladimir Krainov, le comunicó que en su búsqueda de estas piedras, había encontrado una de ellas semi-enterrada en el patio de una casa. Incrédulo, el Dr. Chuvyrov, fue a verificar la autenticidad de la piedra. Esta se encontraba situada debajo del pórtico de una casa y era imposible moverla debido a su tamaño y peso: 148 centímetros de alto por 106 centímetros de ancho, y 16 centímetros de espesor, y al menos una tonelada de peso. Una semana más tarde, se inició la extracción de la "piedra" para su posterior estudio. La gran piedra fue transportada a la universidad. EL MAPA Inesperadamente, esta contenía un mapa tridimensional. La investigación adicional de un grupo de especialistas chinos y rusos determinó que el mapa mostraba la región de Ural. La estructura geológica de la excavación estaba compuesta de tres niveles: la base, una dolomía gruesa de 14 centímetros; la capa media o segunda capa, contiene la imagen grabada y es de cristal de diopside; y la tercera capa, de 2 milímetros de porcelana de calcio y que supuestamente protege el mapa contra los golpes. En la tablilla figuran inscripciones verticales jeroglífico-silábicas que en un principio los científicos pensaron que el mapa podía ser la obra de los chinos antiguos por su similitud. Pero después de buscar en diferentes libros y no encontrar ninguna inscripción similar a ésas resultó imposible descifrarlas. Diferentes radiografías confirmaban que la piedra fue fabricada con instrumentos de precisión, un simple tallador de piedra no hubiera sido capaz de conseguir tal relieve y probablemente la tablilla forme parte de un mosaico formado por otras losas. El relieve geográfico de Bashkir no ha cambiado mucho en unos millones de años y con la ayuda de especialistas en cartografía, topografía, geología, etc... se consiguió rápidamente identificar el monte de Ufa, su falla, los diferentes ríos de la región de los Urales, la falla de Ufa en Sterlitimak, etc., con lo que se pudo tambien deducir que el mapa está realizado a una escala de 1 cm:1,1 km. El mapa tambien indica el uso de ingeniería civil al crear un sistema gigante de canales de aproximadamente 12.000 kilómetros de longitud y 500 metros de ancho, y 12 embalses de entre 300 y 500 metros de ancho, 10 km de largo y 3 km de profundidad cada uno. Estos embalses que alimentaban las diferentes redes de abastecimiento y necesitaron la extracción de por lo menos 1000 metros cúbicos de tierra. Si se compara con el canal existente actualmente del Volga al Don, este parecería un simple rasguño. El Dr. Chuvyrov y su equipo pensaban que la edad de la losa era de unos 3000 años. Los análisis realizados con carbono 14 dieron unos resultados erráticos y poco concluyentes. En un análisis más minucioso se descubrió en la piedra la presencia de dos conchas, una de 50 y otra de 120 millones de años de antigüedad; pero nada permite saber si las conchas estaban o no ya fosilizadas en el momento de la creación del mapa. Las investigaciones realizadas por el Centro de Cartografía Histórica de Wisconsin, propusieron que el mapa únicamente se ha podido elaborar a partir de levantamientos aéreos. Esta investigación sigue en EE.UU. Necesita de un tratamiento informático muy potente y un examen aeroespacial exhaustivo, con la utilización de datos por satélite. El Dr. Chuvyrov se muestra muy circunspecto en cuanto a los autores del mapa: "No me agrada hablar de OVNI's o extraterrestres. Entonces llamamos al autor del mapa sencillamente - el creador".

Friday, January 27, 2006

Leyenda Hopi

Los indios hopi pertenecen al grupo de antiguos habitantes de la meseta central de los Estados Unidos.

Sus costumbres y tradiciones se adentran en lo más profundo de la prehistoria, pero no en su actual emplazamiento, sino en un lejano territorio que los hopi llamaban "Kasskara", y que fue víctima de guerras y cataclismos que apunto estuvieron de exterminar a toda su raza.

De acuerdo con la tradición hopi, la historia de la Humanidad está dividida en períodos que ellos denominan "mundos", los cuales están separados entre sí por terribles catástrofes naturales: el primer mundo sucumbió por el fuego, el segundo por el hielo y el tercero por el agua. Nuestro actual mundo, que es el cuarto según sus profecias, está tocando a su fin, y dará paso a un nuevo mundo en un futuro no muy lejano. En total, la Humanidad deberá recorrer siete periodos.

Los indios hopi afirman que sus antepasados fueron visitados por seres procedentes de las estrellas que se desplazaban en escudos volantes o pajaros tronantes, y dominaban el arte de cortar y transportar enormes bloques de piedra, así como de construir túneles e instalaciones subterráneas. Estos salvadores eran los "katchinas", que significa "sabios, ilustres y respetados".

Los katchina lograron poner a salvo a su pueblo de uno de estos cataclismos, y de ellos aprendieron a observar las estrellas, cortar raíces, aplicar leyes y una larga lista más de actividades. Se multiplicaron como pueblo, y de ellos surgieron nuevos clanes y naciones que se extendieron por toda América.

Los katchinas ayudaron a los elejidos a trasladarse a nuevas tierras. Este hecho marcó el fin del tercer mundo y el comienzo del cuarto. La población, de acuerdo con el recuerdo tradicional de los hopi, llegó a la nueva tierra por caminos diferentes: los seleccionados para recorrerla, inspeccionarla y prepararla, fueron llevados allí por aire, a bordo de los escudos de los katchinas. El gran resto de la población tuvo que salvar la enorme distancia a bordo de barcas.

Es preciso aclarar que, desde el primer mundo, los humanos estaban en contacto con los katchinas. Se trataba de seres visibles, de apariencia humana, que nunca fueron tomados por dioses sino solamente como seres de conocimientos y potencial superiores a los del ser humano.

Eran capaces de trasladarse por el aire a velocidades gigantescas, y de aterrizar en cualquier lugar. Dado que se trataba de seres corpóreos, precisaban para estod desplazamientos unos artefactos voladores que recibían diversos nombres.

Hoy en día los katchinas ya no existen en la Tierra.
Un día los katchinas les dejaron, regresaron a las estrellas y los pueblos olvidaron las enseñanzas de sus maestros. Los hopi como fieles seguidores de las tradiciones de sus antedecesores, continúan esperando el regreso de sus maestros para cuando termine el mundo actual.

A la espera de este ansiado regreso, los hopi han venido fabricando rigurosamente con el mismo diseño generación tras generación, unas máscaras y muñecos que al igual que sus maestros llaman katchinas. Estos muñecos portan extrañas indumentarias y cascos, así como reprersentaciones de animales con una fuerte connotación simbólica, para resaltar el carácter individual de los verdaderos katchinas o maestros a quienes representan.
También estos muñecos son la forma idónea de que los niños jueguen, no se asusten y reconozcan a los katchina cuandos estos regresen de nuevo.

Según los hopi, las primeras señales proféticas para que esto suceda ya están apareciendo.

Tuesday, January 24, 2006

Los misterios de la Luna

Los estudios llevados a cabo por los programas espaciales norteamericanos y soviéticos han develado parte de sus misterios, pero varias fotografías y relatos de los astronautas sobre el terreno lunar han abierto el debate sobre la posible existencia de ruinas extraterrestres muy antiguas.
Después de las misiones Gemini, la carrera espacial se aceleró con el programa Apolo. Tras la promesa del presidente Kennedy de situar un hombre en la Luna, creció el interés por los misterios del espacio y, en particular, por la nueva frontera del hombre: la Luna. Así, cuando los astronautas del Apolo 11 dieron sus primeros pasos sobre la
Edwin Aldrin fotografió tres esferas brillantes a borde de su nave Gemini en 1966.
superficie de la Luna el 20 de julio de 1969, incluso el más recalcitrante de los escépticos debió considerar la posibilidad de que la presencia de vida fuera de la Tierra era ya una realidad. A pesar de las declaraciones de que los astronautas no habían visto nada anormal, circularon rumores de que, durante su estancia en la Luna, la tripulación nunca estuvo sola.

Antes de que suceda la famosa explosión a bordo del Apolo 13, la tripulación obtuvo varias fotografías de objetos extraños cerca de la luna. Una de ellas muestra un objeto con forma de cigarro.
A continuación se incluye una conversación clasificada entre la tripulación del Apolo 11 y el control de la misión:
Apolo 11: ¿Qué diablos era? Es lo que quiero saber. Estas cosas eran gigantescos, señor. ¿ ¡Dios mío, usted no lo creería!
NASA: ¿Qué...?¿Qué diablos pasa?
Apolo 11: Están aquí, bajo la superficie.
NASA: ¿Qué hay ahí? Control de misión llamando a Apolo 11.
Apolo 11: Estamos aquí, los tres. Pero hemos encontrado visitantes... Por las instalaciones, parece que han estado aquí desde hace mucho tiempo... Digo que ahí fuera hay aparatos espaciales. Están alineados en filas al otro lado del cráter...
Sin embargo, las pruebas de este encuentro en la Luna son muy débiles. Otto Binder, ex empleado de la NASA, dijo que esta conversación fue escuchada casualmente por unos radioaficionados que pueden captar un "canal reservado" para estos mensajes. Sin embargo, Neil Armstrong, el primer hombre que pisó la Luna, informó al investigador Timothy Good que no se registró, ni se encontró, ni se vio ningún objeto durante la misión Apolo 11.
Ni en ningún otro vuelo Apolo que no fuese natural. La única corroboración de esta historia se obtuvo de Maurice Chatelain, experto en comunicaciones de la NASA.
En una entrevista efectuada en 1979, Chatelian confirmó que un retardo de tiempo en la transmisión del diálogo entre el centro de control y el Apolo 11 permitió a la NASA censurar la información referente a los visitantes.

Falta de pruebas
Sin embargo no hay manera de comprobar si en la misión Apolo 11 se produjo este incidente. Muchos investigadores dudan de las afirmaciones de Binder y Chatelian, y la NASA niega que hubiese censurado transmisiones. No obstante, un caso similar referente al Discóvery no sólo originó el Watergate cósmico en 1990, sino que también dio un giro a las declaraciones de encuentros extraterrestres de astronautas.

Alrededor de las 6:30 del 14 de marzo de 1990, Donald Ratsh, un radioaficionado de Baltimore, Maryland, estaba siguiendo las transmisiones del Transbordador Discovery cuando oyó la siguiente comunicación: "Houston, aquí Discovery, tenemos un problema. Tenemos un incendio".
Poco después dice Ratsh, se oyó una transmisión adicional: Houston, aquí Discovery. Todavía tenemos la nave espacial bajo observación.
Esta revelación animó a numerosas personas, entre ellas Bob Oeschler, ex especialista en misiones de la NASA, a hacer sus propias averiguaciones. Después de un intenso período de investigación. Oeschler llegó a la conclusión de que el mensaje no fue transmitido desde el transbordador. En cambio, aventuró que la señal pudo proceder de una zona alrededor de Fort Meade, Maryland, la sede de la Agencia de Seguridad Nacional de EEUU, que está involucrada desde hace tiempo en la investigación de informes de ovnis.
Oeschler sólo pudo llegar a la conclusión de que la transmisión fue un fraude orquestado institucionalmente para algún sutil propósito de inteligencia.

Sin embargo, una fuente de la NASA informó a Oeschler que, coincidiendo en el tiempo, el transbordador estuvo involucrado en un incidente con un ovni. Oeschler informa que el encuentro duró ocho horas y produjo problemas en los sistemas eléctricos del Discovery. Ni que decir tiene que las preguntas no han recibido respuesta y que el caso todavía está bajo investigación.

También parece que los ufólogos no estarán satisfechos hasta que la NASA admita oficialmente que sus astronautas han tenido encuentros. Pero la agencia espacial ha mantenido un silencio absoluto sobre el tema de los ovnis en treinta años, por lo que es probable que no se produzca en breve un anuncio como ese.

Thursday, January 19, 2006

El Cortijo Jurado

El Cortijo Jurado, importante vestigio del siglo XIX, se encuentra asentado en el pueblo malagueño de Campanillas, en el valle que forman los ríos Guadalhorce y Campanillas.
Este pueblo malagueño delimita al Norte con el término municipal de Almogía, al Suroeste con el de Alhaurín de la Torre, al Oeste con el de Cártama, y al Sur con los ríos anteriormente mencionados.
Construido con fecha desconocida, todas las sospechas apuntan hacia mediados del siglo XIX, a cargo de integrantes de la familia Heredia, importantes industriales en la provincia malacitana. Sobre el año 1925, la crisis económica que asolaba a sus dueños, provocó la cesión de esta y otras propiedades a la familia Larios, quienes a su vez tenían parentescos familiares con los propios Heredias.





Mantiene una estructura cerrada y compacta en torno a un patio principal con accesos a la vivienda, la capilla, cocheras y establos. Un segundo patio se usaba en tareas y labores del campo e incluía tres alas dedicadas a la ganadería que la familia poseía en aquel entonces. Un alto mirador de planta rectangular y cubierta plana domina la escena de innumerables metros de tierra, donde trabajadores se afanaban en plantación de diversos productos agrícolas. La estructura de Jurado se basa en muros de mampostería y ladrillo, así como vigas y viguería. Su lenguaje arquitectónico responde a un culto estilo ecléctico historicista de rasgos góticos anglosajones, lo que no extraña a nadie, ya que existieron diferentes parentescos familiares con familias Loring y Livermoore, que con toda probabilidad habitaron en ocasiones el inmenso caserío. En la fachada principal se observan dos alas que sobresalen, con dos buhardillas bajo los grandes vuelos de sus aleros. En la capilla se aglutinan elementos decorativos y artísticos, con entrada tanto desde el exterior como desde el interior. Lenguaje neogótico y un campanario sobre la portada, de planta cuadrada y ventanas apuntadas.
Los actuales habitantes del pueblo, únicamente transmiten lo que sus padres y abuelos comentaban en aquella oscura época. El desconocimiento de una fecha concreta, hace situarnos en un amplio margen que abarcaría desde finales del siglo diecinueve, hasta aproximadamente el primer cuarto del pasado siglo. Cincuenta años en los que se habrían producido, de ser cierto el rumor, los más terribles y sangrientos crímenes que uno pueda imaginar. El desagradable proceso sería el siguiente. Las niñas, de una edad comprendida entre los doce y los diecisiete años, serían "engatusadas" por los señoritos de la alta sociedad, de la más exquisita burguesía malagueña, atrayéndolas a la "boca del lobo" (Cortijo Jurado), comenzando la función. Cuando el rumor de desapariciones era palpable entre las jóvenes, el secuestro era la única manera de lograr que las inocentes víctimas pusieran pie en la enorme y temida finca. Después de eso, y ya en el interior de la casa, comenzarían las vejaciones contra ellas. Violaciones, depravaciones de todo tipo, rituales satánico-sexuales, y una serie de actos innombrables que acabarían con la dolorosa muerte de las chicas.
Las sospechas que más adelante recaerían contra los dueños del Cortijo serían acalladas a base de sobornos en efectivo. Y al parecer, el dinero no faltaba. Todo lo que ocurría en el interior de la mansión era exclusivamente llevado a cabo y teniendo de testigos a los propios familiares, quizá algún que otro amigo visitante de países lejanos que podían o no participar en la horrible "fiesta", y por qué no, quizá todo aquello fue visto más de una vez por los trabajadores que tenían a su cargo y que habitaban en un ala de la casa. Debido a eso, o al menos es lo que se cree, la historia pudo "filtrarse" y trascender hasta nuestros días.
Puede que esos trabajadores vieran en alguna ocasión a través de una cerradura el nauseabundo espectáculo, puede que oyeran en mitad de la noche gritos desgarradores, además de los extraños "movimientos" en el interior de Cortijo Jurado que se producirían a lo largo de los días, los meses y los años.
También en el pueblo, y desde antaño, se mantiene la firme convicción de la existencia de una larga gruta subterránea que partiría del interior de Cortijo Jurado, para adentrarse finalmente en la vecina finca Colmenares, hoy día sede social de un campo de golf.

Manuel Martín era un joven que recién alcanzaba la mayoría de edad. Siendo uno más de tantos muchachos en la zona de Campanillas, dedicaba gran parte de su tiempo a las labores del campo, único sustento de centenares de familias en la Málaga de aquella época. A tan temprana edad, guardaba en su interior el temperamento rebelde y visceral propio de adolescentes, lo que le llevaba a concertar su voluntad temeraria con varios de sus contemporáneos. Hazañas, desafíos y gamberradas eran actos frecuentes en el devenir de las vidas de los habitantes de aquel barrio alejado de la capital. Pero aquella vez la aventura llevaría al joven Martín a una experiencia que le marcaría de por vida. Cuando todos los chicos se reunieron para planear uno de sus esperados "golpes", el punto de mira se centró en un antiguo caserón en lo alto de una ladera. Cuando esperaba contar con la compañía de alguno de sus amigos, todos ellos se echaron atrás negándose a realizar la "peligrosa" visita. No queriendo caer en burla, Martín finalmente decidió emprender solo su camino.
Supuestamente sus dueños, a los que Martín no conocía, debían estar de viaje o residiendo en otros lugares de la geografía española. La puerta principal estaba cerrada a cal y canto, pero su agilidad le permitió sortear un muro de las caballerizas, y penetrar a través de un estrecho orificio de ventilación en una de las paredes laterales. Solo cuando estuvo al otro lado, después de una caída de tres metros, comprendió la dificultad que le esperaría a la hora de pretender regresar al exterior. Temeroso de cambiar de sitio algún objeto que alertara de su presencia en la finca, Martín caminó sin siquiera plantearse la posibilidad de rebuscar cosas en las numerosas habitaciones de la casona. De forma inmediata, intentó localizar el patio principal, punto de partida de cualquier zona del Cortijo Jurado.
Pronto descubrió un acceso que llevaba directamente a una especie de bodega subterránea totalmente vacía. La trampilla le resultó misteriosa y decidió descender con sumo cuidado. Hacía años que había escuchado hablar de túneles bajo tierra, y su deseo de descubrir alguno de aquellos conductos se encendió ante la visión de aquella "boca" oscura. Pronto descubrió con asombro y casi una insoportable presión en el pecho, que distintos conductos llevaban a lugares diferentes, no abarcando el subterráneo (de unos diez metros) solamente el contorno del cortijo, sino aparentemente llegando más allá, en base al cauteloso recorrido que nuestro sagaz joven realizó linterna en mano. El ruido de agua cercana en una de las grutas, advertía la proximidad del río Campanillas. Manuel comenzó a recorrer a través de uno de los conductos que parecían adquirir una perfecta rectitud sin curvas en su trazado. Al principio su paso era lento, pero tras varios minutos de camino, y sin poder creer lo que estaba viendo, sus pies se aceleraron presa del pánico, y en pocos segundos aquello se convirtió en una particular maratón. Casi sin aliento, se topó con una escalera que llegaba a una trampilla imposible de abrir. Por los dos o tres kilómetros recorridos, el joven
El aire viciado provocó un principio de asfixia en Martín, por lo que decidió retroceder en sus pasos cuanto antes.
Al fin llegó al centro de aquel lugar, desde el cual divisaba la escalera que le llevaría de nuevo al Cortijo Jurado. Pero antes de subir, enfocó la linterna a uno y otro lado, en un desganado empeño por iluminar rápidamente lo que le rodeaba, antes de marcharse cuanto antes y para siempre de aquel lugar. Pero quiso el destino que el haz de luz reflejara en una superficie asimétrica, revelando la existencia de objetos o "bultos" en otro de los túneles. La curiosidad pudo más que el miedo y el cansancio juntos, y Manuel se acercó a aquel recodo en el camino.
Nichos realizados de forma bastante rudimentaria, tumbas improvisadas en el suelo de tierra, aparatos que recordaban míticas máquinas de tortura, polvorientos y mohosos látigos de puntas metálicas, y lo que es peor, restos óseos de personas de edad y sexo indefinido, que aparecían amontonados a uno y otro lado. Una muñeca de trapo, sucia y desaliñada, descansaba junto a un cráneo con abundante y largo cabello, añadiendo un toque dantesco a la espeluznante escena.
Después de seis décadas, el Cortijo ha cambiado. Sus fuertes paredes de antaño se han convertido en algo ruinoso. En el lugar donde Manuel Martín había descubierto un conducto, hoy día no hay nada, solo tierra apelmazada. Las palas y picos, como me demostró la experiencia, solo servía para demostrar que alguien había vertido a conciencia aquella tierra allí. Hasta un metro de profundidad, esa tierra se funde con ropa vieja, de manera que las herramientas no pueden realizar fácilmente su labor. Solo la maquinaria pesada podría descubrir el secreto, dejando al descubierto lo que guarda las entrañas de Cortijo Jurado.

Son muchos los vecinos de esta finca que observan extrañas luces en mitad de la noche, sin que ninguna mano sea la causante de la incomoda iluminación. También es frecuente oír golpes y ruidos de dudoso origen.

Cadaveres encontrados:











Una Sesión de Ouija.
Un grupo de cinco jóvenes se acercó temeroso al interior del edificio, animados por la falsa valentía que da la juventud, querían probarse a si mismos que eran lo suficientemente valientes para realizar una sesión de Ouija en el Cortijo del que tantas leyendas se oían.
Encontraron una habitación de su agrado y extendieron una sabana en el suelo para poder sentarse y colocar correctamente el tablero, bajo la única luz de dos o tres velas empezaron a realizar preguntas al tablero esperando que algún espíritu les diese las respuestas.

Al principio nada hacía intuir ninguna presencia, sin embargo el guía, empezó a sentir una extraña fuerza que guiaba el marcador y en unos momentos empezaron a surgir de los movimientos que realizaban palabras inteligibles y que contestaban a sus preguntas.
He aquí las preguntas que realizaron:

-¿Quien eres? -El marcador lentamente empezó a formar una palabra "E - L - E - N - A" los chicos se miraron estupefactos y decidieron sin tan siquiera preguntarse lo unos a los otros que debían descubrir cual era el misterio de ese intrigante cortijo.
-¿Que edad tienes?

-"12"

-¿Por qué estas muerta?

-"ME MATARON"
-¿Fuiste una de las víctimas de los dueños de esta casa?

-"SECUESTRO" de repente unos golpes en la habitación contigua hicieron que se incorporaran, sintieron un frio que les envolvía pero debían demostrarse su valor los unos a los otros y decidieron continuar con su sesión.

-¿Hicieron contigo algún tipo de ritual?

-"MUCHO DAÑO"

-¿Había más gente inocente contigo?

-"NIÑAS"
-¿En qué año ocurrió todo?
-"NO SE"

-¿Donde estás enterrada?
-"EN EL PATIO"

-¿Estas a mucha profundidad?

-"4"

-¿Metros?
-"SI"
-¿Estás sola?
-"NO"

-¿Hay más niñas enterradas contigo?

-"SI"

-Dinos el lugar exacto e intentaremos buscarte.

-"SEÑAL" de reprente el guía de la sesión se quedo inmovil, como inerte y los intentos de sus compañeros por hacerle volver no parecían funcionar, el mismo recobró la consciencia y después del susto decidieron que lo mejor era regresar y abandonar ese lugar.
Empezarón a descender las escaleras para abandonar el edificio cuando uno de los chicos profirio un grito ahogado, todos empezaron a sentir pánico cuando por una ventana que daba al patio observaron una luz que señalaba una zona del patio.
Esto fue demasiado para ellos que huyeron despavoridos de la finca y nunca jamás regresaron.
Encuentros Espectrales

Un grupo de personas atraídas por la famosa leyenda se aproximaron en cierta ocasión al Cortijo con la intención de realizar fotografías y recorrer sus habitaciones, esperando encontrar alguna pista que pudiese demostrar la veracidad de dichas historias.
Aparcaron cerca de la verja principal, a bastantes metros del edificio, cuando bajaron del coche unos gritos lejanos les dejaron paralizados. Necesitaron unos minutos para volver a la calma y atreverse a adentrarse en el cortijo, pero de repente dos de los presentes escucharon a la vez una voz de mujer que susurrante les decía: "Venid", se quedaron petrificados y observaron como ninguno de los demás presentes parecía inmutarse, como si no lo hubiesen oído. A los pocos minutos una de las esquinas pareció cobrar vida, la tierra que cubría su suelo empezó a elevarse como por el efecto del viento, pero ni una leve brisa corría en ese momento en el cortijo. Todos quedaron extasiados mirando hacía una extraña neblina que parecía formar una forma brillante, breves instantes después la tierra formaba una neblina brillante con la forma de las vestimentas de una mujer. Muertos de miedo todos los presentes emprendieron su huída a toda velocidad, en dirección al coche en el que habían llegado, una de las chicas, la más rezagada sintió como una fuerte mano se aferraba a su cadera con la intención de evitar su huída, por suerte consiguió soltarse y escapó como el resto. Pero esto no queda ahí en su huida uno de los chicos, el que portaba la cámara de video, se giro con intención de grabar la extraña figura, allí no había nada.
Sin embargo al comprobar la grabación observaron algo que ellos no alcanzaron a ver en su pavorosa carrera: En la planta superior en una de las ventanas una escalofriante mano de color blanco y tonos brillantes se movía de un lado a otro del marco del semi-cerrado ventanal.

Monday, January 16, 2006

Terror en Amityville

Casa embrujadas: El espeluznante caso de Amityville - La historia real

No hay ciudad o pueblo que no tenga una casa embrujada, aquella que desde niño miramos con miedo, más que nada porque se trata de un lugar abandonado y en mal estado, sobre el cual pesan una serie de historias, que en la mayoría de los casos son inventadas para justificar el porqué nadie las habita.

Pero no todas estas casas embrujadas son puro cuento, o están deshabitadas. Hay algunas en donde realmente suceden cosas extrañas, aún con gente en su interior.
Pero hay casos en que estas extrañas presencias al interior de una casa han ido más allá de simples apariciones. Uno de los casos más perturbadores que registra la historia es el ocurrido en la localidad de Amityville, en Estados Unidos, donde una familia fue literalmente expulsada de su vivienda por entes de naturaleza desconocida, y hasta el día de hoy nadie ha sido capaz de volver a habitar esta casa. Los protagonistas del caso, que incluso inispiró una película, nunca quisieron hablar de lo que realmente ocurría en esa casa, hasta que hace algunos años dieron una entrevista a un programa periodístico en Estados Unidos, donde revelaron sólo parte de la espeluznante experiencia que les tocó vivir en la casa de Amityville.

112, OCEAN AVENUE

El horror comenzaba el 15 de noviembre de 1974 hacia las seis y media de la tarde con una llamada telefónica a la centralita de emergencias del condado de Suffolk, en Nueva York. Un hombre con la voz entrecortada por la agitación avisaba a la policía que se había producido un tiroteo en el 112 de Ocean Avenue, en Amityville, y que todos los que allí residían habían sido asesinados. Todos, menos uno de los hijos, el presunto autor de la masacre.

Unos meses antes de la tragedia, Ronald DeFeo se hacía propietario de una estupenda casa de campo a orillas del Río Amityville. Éste había conseguido reunir una buena suma de dinero tras duros meses de trabajo con su suegro en Brooklyn y decide abandonar el ajetreo y el estrés de esa ruidosa ciudad para irse con su familia a un sitio más tranquilo en el campo. Finalmente se decide por Long Island, en donde compra una casa de dos pisos con ático y embarcadero propio sobre el río Amityville. Aquel lugar le parecía lo suficientemente tranquilo y espacioso para vivir tranquilamente con su mujer y sus cuatro niños. En ningún momento podía haberse imaginado los terribles acontecimientos que estaban a punto de suceder allí.

Como símbolo de la felicidad de la familia y de la buena suerte que habían tenido al encontrar tan maravilloso lugar, DeFeo coloca un cartel en rojo sobre la puerta de la casa que dice Grandes Esperanzas. Pero bajo esta chapa de éxito y felicidad aparente, la verdad es que Ronald era un hombre de genio muy vivo, conocido por su carácter ciclotímico y sus repentinos ataques de ira y violencia sin motivo aparente.

Mientras que para sus socios y amigos Ronald es un hombre dulce y suave, con sus hijos es una figura autoritaria y a menudo demasiado exigente. En algunas ocasiones sus acciones insensibles y crueles le provocan serias discusiones con su mujer. Pero tal vez el que más sufría su agrio carácter era su hijo mayor, Ronald Junior alias Butch, quien a menudo debía cargar con el peso del temperamento de su padre, pues ya se sabe lo que pasa cuando se enfrentan dos personalidades fuertes en una misma casa.

El niño pronto se convirtió en un chico solitario y de mal carácter, imaginamos que heredado de su padre. En la escuela, las pocas veces que asistía tenía peleas frecuentes con sus compañeros y su fama de chico duro le llevó a liderar un grupo de otros jóvenes camorristas.

Preocupados por este comportamiento, por la total desobediencia del adolescente y por las discusiones frecuentes entre padre e hijo, los DeFeo ya no sabían ni podían comunicarse con él y finalmente lo llevaron a que lo viese un psiquiatra. Las charlas con el médico fueron vanas, el joven adoptó una actitud pasiva agresiva hacia su psicoterapeuta y pronto abandonaron la idea de la ayuda profesional, pues casi era peor el remedio que la actitud original del muchacho.

En ausencia de otra solución, los DeFeo utilizaron una estrategia bien diferente que al principio dio buen resultado: comprando su afecto con dinero. Siempre que el chico estaba de mal humor lo apaciguaban con un regalo o con un puñado de dólares. Era lo único que se les ocurría para mantener una convivencia llevadera.

Cuando cumplió 17 años le obligaron a dejar la escuela parroquial a la que asistía porque por aquel entonces había empezado a tomar drogas duras como heroína y LSD. Lejos de sosegar su rebeldía cada vez daba más muestras de ella, llegando a manifestar un serio comportamiento delictivo en pequeños y no tan pequeños hurtos. Su comportamiento agresivo tampoco mejoraba, y ya no sólo dentro de su casa, sino con sus propios amigos.

Los altercados con su padre eran también más violentos, y como era de prever, un día llegaron al límite. Sucedió una vez que DeFeo padre discutía fuertemente con su mujer y el joven se le acercó apuntándolo con una escopeta. Lejos de apaciguarse, apretó el gatillo gritando que sería mejor que la abandonase y que iba a matarle por todos los malos tratos que infligía a la familia, pero afortunadamente el arma se encasquilló y nadie resultó herido.

Su padre no dijo nada, sólo se le quedó mirando desconcertado, presagiando que esa violencia pronto iría a más y que no dudaría en matarlo si se presentaba otra ocasión, a él o a alguien de su familia.

Al poco tiempo del incidente de la escopeta, el joven Butch quiso hacerse con un poco de dinero fácil para sus vicios y no se le ocurrió otra cosa que robarlo directamente en la empresa de su abuelo. Aprovechó el momento en que le mandaron ir al banco a depositar 31.800 dólares en efectivo para hacerlos desaparecer en su bolsillo, y luego les dijo que había sido atracado a punta de pistola por un desconocido que se había llevado todo el dinero.

Cuando dieron parte a la policía del robo, los agentes quisieron interrogar al joven para que les diese una descripción del ladrón puesto que había sido el único testigo del delito, pero éste al ver a los agentes, por los que no sentía simpatía alguna, adquirió una actitud tensa y agresiva que les llevó a sospechar que el chico escondía algo en su versión de los hechos. Su abuelo no quiso tomar medidas y dejó correr el asunto del dinero, a diferencia de su padre, quien si bien no consiguió sonsacarle una confesión de culpabilidad no dejó de reprenderlo duramente al considerarlo sin duda alguna como el autor del robo.

Pocos días después, el miércoles 14 de noviembre de 1974, cuando toda la familia se había acostado, el joven DeFeo seguía dándole vueltas a su cabeza alimentando una obsesión que había empezado a madurar varios meses atrás. Sentado en la cama y sin poder conciliar el sueño, la terrible fantasía crecía por momentos. Estaba harto de sus padres y de los continuos reproches. Odiaba a su padre más que a nadie en el mundo y tenía bastante claro lo que tenía que hacer para que no volvieran a fastidiarle. Estaba preparado para tomar el mando de la situación de una vez por todas.

Él era el único que tenía un cuarto individual, aunque en la enorme casa no tenían problemas de espacio. El hecho de ser el mayor de los hijos y su peculiar carácter le habían permitido este pequeño lujo. Su habitación era como un lugar de refugio que tenía vetado al resto de la familia. Allí pasaba largos momentos en soledad con la única compañía de un pequeño arsenal de armas de varios tipos que guardaba por afición, y que iba vendiendo cuando se cansaba de alguna o cuando necesitaba dinero rápido.

Esa noche eligió un rifle de calibre 35 y salió furtivamente pero con paso decidido hacia el dormitorio de sus padres. Abrió la puerta silenciosamente y observó como dormían, inconscientes del peligro que les acechaba. Entonces, sin vacilar, levantó el rifle y apretó el gatillo ocho veces. El primer tiro alcanzó a su padre en la espalda, penetrando en el riñón y saliendo por el pecho. Los siguientes le perforaron la espina dorsal y el cuello.

Los impactos despertaron a la señora Louise DeFeo, pero no tuvo tiempo a reaccionar antes de que su hijo disparase dos veces sobre ella, rompiéndole la caja torácica y el pulmón derecho. Sus dos hermanos más pequeños serían las siguientes víctimas. Entró directamente entre las dos camas y disparó sobre los indefensos chicos sin alterar su compasión lo más mínimo. Esta vez los disparos tampoco habían despertado a los miembros de la familia que estaban todavía con vida, las dos chicas. Butch se acercó a las niñas y asesinó a sus hermanas con sendos disparos en la cabeza.

Eran las tres de la mañana; con un balance de seis víctimas y consciente de lo que había hecho se paró momentáneamente a escuchar los ladridos del perro de la familia, que se encontraba atado en el cobertizo, preguntándose si el escándalo levantaría sospechas. Entonces se puso a pensar en una coartada para la policía, que sin duda sospecharía de él como autor de los asesinatos. Con mucha calma se quitó la ropa ensangrentada y se duchó, recogiendo el rifle y envolviendo todo en una funda de almohada que tiró en una alcantarilla. Cogió su coche y se dirigió a Long Island, como todos los días, para trabajar en la empresa de su abuelo.

Ya por la mañana, telefoneó varias veces a su casa haciendo que llamaba a su padre, simulando preocupación porque tal vez éste se hubiese quedado dormido y por eso tardaba en llegar al trabajo. A medida que pasaba el día, seguía fingiendo una mayor inquietud por la tardanza de su padre, y por el hecho de que nadie en la casa respondiese a sus continuas llamadas telefónicas.

Por la tarde, quiso que unos amigos le acompañasen a la casa a modo de testigos para comprobar según él, que es lo que estaba sucediendo. Al llegar, resaltó el que el coche de sus padres estaba aparcado en la entrada diciendo a sus compañeros que aquello era muy extraño, y entró en la casa con uno de los jóvenes. Al poco tiempo salió sollozando y gritando que sus padres estaban muertos, que habían sido asesinados.

Uno de los chicos llamó entonces a la policía, que no tardaron más de diez minutos en llegar a la escena del crimen y descubrir los cadáveres de las seis víctimas atrozmente mutiladas a balazos. Media hora después, todos los habitantes del pueblo de Amityville comentaban aterrorizados lo sucedido. Cuando interrogaron al único superviviente de la matanza, éste dijo que la noche anterior se había quedado hasta las cuatro de la mañana viendo una película en la televisión, y como no podía dormir, decidió salir temprano al trabajo dando un paseo, pero que no había escuchado nada.

Los investigadores no tenían ningún indicio que les permitiese sospechar de alguien en concreto, hasta que uno de los detectives que recorría las habitaciones de la casa en busca de alguna pista, hallaba en la habitación del chico dos cajas de cartón que habían contenido balas para un rifle del calibre 35, las mismas balas con las que habían asesinado a los DeFeo.

Cuando los policías interrogaron a los amigos del sospechoso, supieron que era un apasionado de las armas y la historia del robo de dinero de la empresa de su abuelo. Las sospechas pronto recayeron sobre él. Otro indicio que les hizo pensar que estaba mintiendo era su coartada. Había dicho que se había ido de la casa hacia las cuatro de la mañana por culpa de su ataque de insomnio y que por aquella hora todo estaba en orden, pero los médicos habían asegurado que la hora de la muerte de los DeFeo estaba estimada entre las dos y las cuatro de la mañana. Con esto, la grotesca historia del joven DeFeo empezaba a desmoronarse. Y más todavía cuando comenzó a contradecirse en algunos de los hechos al sentirse intimidado por los policías que lo interrogaban sin descanso, hasta que finalmente no soportó más la presión y confesó cómo había asesinado a cada uno de los miembros de su familia.

El juicio tuvo lugar el 14 de octubre de 1975, casi un año después de los asesinatos, y los jueces tuvieron que determinar que no se trataba de ningún enfermo mental, sino de un asesino metódico, de sangre fría y muy violento.

Para evitar la temida sentencia de ser condenado a perpetuidad o a la pena de muerte, Butch confesó como lo hubiese hecho alguien con una deficiencia mental: dijo haber matado a su familia, pero que lo había hecho en defensa propia, porque ellos iban a matarlo sino, pues desde hacía tiempo se sentía acosado por todos ellos. Dijo que no se arrepentía de nada y que cuando tuvo un arma en su mano tuvo claro lo que debía hacer y quién era en ese momento. Era Dios, nadie podía mandar sobre él.

Para los fiscales era fundamental demostrar la peligrosidad del joven DeFeo, y para ello contrataron los servicios de dos psiquiatras locales de reconocida fama. Para la acusación contaban con el Dr. Harold Zolan, y el que se ocupaba de la defensa se trataba nada menos que del Dr. Daniel Schwartz, quien poco más tarde ganaría notoriedad nacional como el psiquiatra que atendió a David Berkowitz, el célebre asesino en serie conocido como el Hijo de Sam (a quien diagnosticaría erróneamente que era un enfermo mental, como se comprobó años después del juicio).

Schwartz opinó que estaba convencido que el joven era un neurótico con delirios paranoides, un verdadero enfermo mental, lo que no agradó a la acusación, quién no se creía que una persona desequilibrada pudiese no solo poner tanto empeño y cuidado en deshacerse de las pruebas como había hecho Butch con la ropa sucia y el arma. Por otro lado, el doctor Zolan afirmó que el comportamiento del presunto asesino era el de una persona con personalidad antisocial, una forma de trastorno de personalidad, pero añadió que los que padecen este desorden son perfectamente conscientes de sus actos y diferenciaban perfectamente el bien del mal, aunque estaban motivados por una actitud imperiosa y egocéntrica que les conducía a la agresividad. En resumen, su diagnóstico indicaba que era culpable de asesinato e imputable por ello.

Después de un mes y siete días, el jurado por fin se decidió por un veredicto entre la inocencia o la culpabilidad contra el joven DeFeo basado sobre su estado de salud mental. El veredicto se emitió el 21 de noviembre, con 12 votos a favor y 0 en contra, declarando que era culpable de seis asesinatos en segundo grado, por lo que fue condenado a veinticinco años de cárcel por cada uno de los crímenes. En la actualidad, Ronald DeFeo Junior permanece encarcelado en el Departamento Correccional del Estado de Nueva York.

UNA CASA POSEIDA POR EL ESPIRITU DEL MAL
Pero la verdadera historia de Amityville comienza días después, el 28 de diciembre de 1974, veintiocho días después de los asesinatos. Ese día, otra familia, compuesta por el matrimonio de George y Kathy Lutz, se mudó al lugar donde había ocurrido la masacre. La casa, espaciosa y de muy bonita arquitectura, estaba a la venta a un precio excepcionalmente barato, y los Lutz decidieron obviar los violentos hechos ocurridos con antelación y compraron el inmueble, aunque solamente pudieron ocuparlo 16 días debido a los extraños fenomenos que se sucedían...

Desde el primer momento en que ocuparon la casa, el matrimonio y sus hijas pequeñas sintieron una presencia sobrenatural, que se iba haciendo más fuerte cada día. Al principio, se escuchaban ruidos extraños a lo largo del día; luego, comenzaron a aparecer manchas en las paredes y malos olores sin motivo aparente, y las puertas y ventanas se abrían solas.

Kathy Lutz agregaría que en reiteradas ocasiones se sintió observada en ciertas partes de la casa, principalmente en las habitaciones, y que una vio unos ojos rojos que la miraban desde la oscuridad a través de la ventana. De repente, comenzó a tener pesadillas repetitivas con los crímenes sucedidos en la casa, pero soñando que las víctimas eran los componentes de su familia.

La suppuesta entidad que habitaba la vivienda trató incluso de apoderarse de los cuerpos de sus residentes, manipulándolos a su propia voluntad y obligándolos a cometer actos de naturaleza violenta, algo en lo cual los Lutz nunca han querido ahondar.

A los pocos días de habitar el lugar, el matrimonio se convenció de que la casa estaba poseída por una presencia demoníaca y recurririó al sacerdote de la iglesia más cercana, quien contaría después que al tratar de bendecir la casa, escuchó una voz que lo echaba, una voz que surgió de la nada desde la planta más alta de la casa y que gritó: ¡¡¡ LARGATE DE AQUÍ !!!. Según los relatos de la época, cuando el sacerdota ingresó a la casa, el ambiente se llenó de un olor putrefacto y una nube de moscar invadió el lugar. El religioso debió luchar con una fuerza física que le impedía acercarse a la casa y finalmente fue violentamente expulsado.

La visita del sacerdote marcó el punto en que los sucesos paranormales se incrementaron, George empezó a sentir presencias extrañas también, e incluso sentía miedo a abrir los grifos pues suponía que una presencia maligna podía salir de ellos si abría la llave de paso. Las alucinaciones se hacían más comunes y la desconfianza en la familia se acrecentaba, George afirmaba que su mujer se estaba tranformando en una bruja pués, según él, se le estaban cayendo los dientes y el pelo. Tal punto que los Lutz debieron abandonar para siempre la casa, que desde entonces se encuentra deshabitada y sobre la cual pesa el estigma de la leyenda de Amityville.

Thursday, January 12, 2006

La Bestia de Gévaudan

La Bestia de Gévaudan fue un misterioso animal antropófago que asoló supuestamente la región de Gévaudan, en el centro de Francia, entre 1764 y 1767. Se le atribuye la muerte de más de 130 campesinos, en su mayoría mujeres y niños, que fueron encontrados despedazados por los dientes de algún animal. En algunos casos las víctimas fueron encontradas decapitadas o partidas por la mitad, lo que demuestra la enorme violencia con la que fueron asesinadas. Son menores los casos de animales domésticos muertos por la Bestia, pues parece que ésta prefería la carne de los pastores a la de sus ganados.

La mayor parte de los ataques se registraron en los alrededores de Aveyron. El primero de ellos se produjo el 30 de junio de 1764, día en que asesinó a Jeane Boullet, de 14 años. En los tres meses siguientes, la Bestia atacó y mató salvajemente a 2 niñas, 2 niños y una mujer. En invierno, con el animal acuciado por el hambre, las muertes ascendieron hasta el punto de que se producía una víctima o dos cada semana. En ésa época, los bosques de Gévaudan acogían una población considerable de lobos, pero los testimonios de los pocos testigos y supervivientes rechazaron su autoría. Describían al animal como una bestia gigantesca de pelo rojizo con un tamaño mucho mayor que el de un lobo, con rayas negras en los cuartos traseros y una cresta de pelos largos sobre el lomo. La cola era larga y musculosa, y las mandíbulas, bien desarrolladas y llenas de dientes enormes. Los rastreadores y cazadores que acudieron al lugar atraídos por las recompensas ofrecidas para quien captrase al monstruo, encontraron huellas de tamaño considerable y le calcularon un peso de unos 100 kilos. Durante meses se mataron grandes cantidades de lobos en la zona, pero la bestia era increíblemente escurridiza. Llegó a mencionarse que las balas rebotaban sobre su lomo y los aterrorizados campesinos opinaban que era el mismo Demonio venido de los Infiernos. Pronto llegó a considerarse un problema nacional, y el propio rey Luis XV envió un cuerpo de dragones de caballería para abatirla, sin resultados, al que posteriormente se unirían otros tres. Para entonces el año de 1764 había acabado y las víctimas ya eran 54.

Según el testimonio de uno de los capitanes de los dragones, logró ver cara a cara a la Bestia antes de que ésta consiguiese huir. Era tan grande como su propio caballo, pero pronto lo dejó atrás con facilidad, pues lo superaba ampliamente en velocidad y agilidad. Mientars huía, él y los hombres que le acompañaban descargaron varias decenas disparos contra ella que ni siquiera parecieron atravesar su piel.

El asunto de la Bestia de Gévaudan traspasó fronteras y llegó a considerarse un problema serio para el gobierno de Luis XV, entonces recién salido de la Guerra de los Siete Años. Las potencias extranjeras comentaban jocosas cómo el ejército francés podía pensar siquiera en la victoria si sus mejores tropas no eran capaces de capturar un "simple" lobo en mitad de su propio país. Pronto se retiraron de la zona a las autoridades locales por considerarlas inútiles, y se pescó a más de un cazador particular que ponía pistas falsas para despistar a los dragones y aspirar a cobrar la recompensa matando él mismo la Bestia. Se pusieron trampas y se rastreó el monte día y noche, pero la bestia siempre aparecía en otro lugar y continuaba su siniestra matanza.

El nerviosismo se apoderó de la población y estallaron disturbios. Se acusó públicamente a algunos vecinos de ser hombres lobo que se convertían por las noches en la bestia; otros se volvieron contra los gitanos, a los que acusaron de criar alguna bestia salvaje en su circo que había escapado al monte. Los sacerdotes predicaban contra el rey, responsable indirecto de la crisis, o decían que las víctimas eran jóvenes lascivas a las que Dios había enviado la Bestia como castigo. Inclusó se llegó a poner en el punto de mira a un noble que había estado en África y criaba en los jardines de su palacio hienas, tigres, leones y perros de presa, acusándolo de cruzar los animales hasta dar con una bestia asesina e indestructible.

Fuese ella o no, lo cierto es que en 1767, con más de 130 muertes en la región, un campesino armado abatió en Gévaudan un lobo descomunal, más grande que cualquiera de los que se podían encontrar en Francia. Poco después se mató una loba también de gran tamaño. La leyenda cuenta que los responsables de las capturas emplearon balas de plata hechas tras fundir medallas de la Virgen, algo que ha pasado posteriormente al imaginario colectivo como la única forma de matar un hombre-lobo. Al menos uno de los ejemplares fue llevado a París, donde llegó en un estado de putrefacción muy avanzado, lo que impidió disecarlo. Su esqueleto fue expuesto en el Museo Real de la ciudad hasta su destrucción en un incendio. A pesar de que el esqueleto se ha perdido, las descripciones parecen indicar que se trataba de una gran subespecie de lobo de los Alpes, extinta en el siglo XIX. La falta de animales grandes que estos lobos encontraron en su nuevo hogar les habrían impulsado a alimentarse de los humanos, fáciles de capturar y matar. Desde entonces, no se ha producido ningún ataque similar a los de la Bestia.
La bestia de Gevaudan, ¿Que hay detras. Realidad o leyenda?

En documentos oficiales que describen los crímenes llevados a cabo por la Bestia de Gevaudan que describen las autopsias practicadas en aquel entonces a los cadáveres se revelaron claros indicios de agresión sexual en algunos de los cuerpos de las mujeres y niñas mutilados por el enigmático asesino.

La leyenda cuenta que una "bestia" desconocida mantuvo aterrorizados a los habitantes de la comarca de Gevaudan, en Francia, al devorar cerca de un centenar de personas entre 1764 y 1767. Si bien se han barajado las más diversas hipótesis especulando acerca de un enorme lobo e incluso de un hombre lobo, nunca se pudo determinar la identidad real de este monstruo.

Todo lo que se ha escrito hasta el momento acerca de este extraño caso es enormemente curioso y extraño. Llama la atención, que las hipótesis que se han vertido sobre el caso sean tan dispares e incluso a veces disparatadas, es realmente sorprendente las sombras que todavía existen en este caso.

Nunca un lobo ha sido una amenaza tan seria para el ser humano, y más alucinante todavía es pensar que uno solo de estos animales, que suelen atacar en grupo, se atreva a eliminar a unas cien personas con el sadismo y saña del que se servía esta Bestia. Por otro es difíci de creer que se haya tratado de un hombre lobo que bajo los efectos de la luna llena decapitase a toda esa gente para luego devorarla...Esta teoría es realmente disparatada y peregrina, a mi modo de ver.

En la revista "Mas Allá" se publicaba un extenso artículo en el que Carlos Chevallier Marina expone en su artículo una gran investigación acerca del misterio de esta Bestia. En este artículo se señala un detalle muy importante que nunca anteriormente había sido apuntado. La posibilidad de que el agresor fuese uno, o varios hombres, de instintos algo más que sádicos. Al parecer, en algunos de los cadáveres se hallarón indicios de agresiones sexuales que evidentemente no han podido ser perpetrados por un animal salvaje.

Dejando a un lado los numerosos relatos más o menos novelados acerca del la Bestia de Gevaudan, existen documentos oficiales que describen los crímenes llevados a cabo por éste ser.

El primer estudio serio fué realizado por el abad François Fabre en 1901, quien demostró documentalmente que habían sido exactamente 70 las víctimas (la gran mayoría niñas y mujeres jóvenes), además de otros 76 ataques y enfrentamientos con 27 heridos de diversa consideración.

En las autopsias realizadas entonces a los cadáveres, se revelaron claros indicios de agresión sexual en algunos de los cuerpos de las mujeres y niñas mutiladas por el enigmático asesino, lo cual dio lugar a rumores tales que la Bestia no era un animal sino uno o varios maníacos que habitarían en los bosques, o incluso algún señor feudal que se aprovechó de su poder, agrediendo y violando a las jóvenes campesinas en los desolados prados de Auvernia.

El primer ataque constatado, tuvo lugar el 30 de junio de 1764, donde la Bestia devoró a una niña de 14 años. En los días siguientes decapitó y mutiló a otras dos niñas de 15 y 12 años, así como a un joven de 15 y a una mujer de 32, todos ellos en la misma provincia pero de diferentes localidades de Gevaudan.Así continuó aumentando su larga lista de víctimas, a una media de dos victimas por semana.

El problema se convirtió en tan grave que los aristócratas locales realmente inquietos por esa situación solicitaron la intervención de un cuerpo de caballería de la Corona para dar caza al o a los asesinos.

Tras varios meses de infructuosa búsqueda y como éstos no daban con el animal. Los lugareños recurrieron al propio rey Luis XV, quien ofreció una recompensa elevada al que pudiese dar caza al asesino. Ésta noticia atravesó las fronteras de Francia, provocando la llegada masiva de cazadores la misma Francia, así como de otros países europeos.

La codícia por la generosa recompensa ofrecida por el monarca, provocó la competencia individual. La competéncia fue tal que incluso los numerosos rastreadores y cazadores dejaban pistas falsas para engañarse unos a otros.

Este panorama fue aprovechado por los países enfrentados a Francia para ridiculizar al monarca francés, como Prusia e Inglaterra, quienes con sorna repitieron hasta la saciedad que "cómo un país puede amenazar militarmente a grandes potencias, cuando su ejército no es capaz de cazar una simple fiera en su propio país". Las burlas indignaron de tal manera al rey, quién para acabar definitivamente con la Bestia envió a varios de sus hombres de confianza, aunque estos tampoco tuvieron más éxito. Mientras tanto, el "monstruo" seguía asesinando y devorando más víctimas.

En varias ocasiones los cazarecompensas dieron caza a enormes lobos, haciendo que se disparase la euforia colectiva al creer que la Bestia había sido atrapada y dando por cerrado el caso en varias ocasiones. Pero la Bestia siempre volvía a realizar ataques a mujeres y niños, añadiendo nuevas víctimas a su ya larga lista. El gasto de las batidas y las sucesivas cacerías recayó sobre los campesinos, quienes se vieron obligados a mantener a las tropas del rey pagando impuestos más elevados. a lo que se añadía que muchos, por su miedo al monstruo se negaban a salir a trabajar al campo, razones que agravaban su habitual pobreza y convirtieron la región en un polvorín social.

En uno de los ataques la mujer Marie Jean Vallet, una criada del cura de Paulhac, dijo haber herido de muerte a la bestia con una bayoneta cuando ésta se disponía a atacarla. De nuevo se dio por muerta a la Bestia, debido a las graves lesiones que está mujer dijo haber ocasionado en el monstruo. Pero unos meses más tarde, la bestia volvió a aparecer y volvió a atacar a otros lugareños.

Los lugareños comenzaron a creer que ese animal era un ser sobrenatural y la encarnación de la Bestia del Apocalipsis o un enviado el propio satanás para acabar con ellos. También se llegó al extremo de culpar a los zíngaros y a los nómadas que cruzaban el territorio francés de haber dejado escapar una fiera de sus circos, o de haber hechizado un animal para que causase esos daños.

De todos los rumores, el que más fuerza cobró fue el que acusaba a un hombre,Antoine Chastel.Este era un joven de carácter asocial que vivía aislado en los bosques desde los 19 años criando perros asilvestrados y otras alimañas. Finalmente fue el propio padre de este muchacho, el veterano cazador y gran perseguidor de la Bestia, Jean Chastel, quien dio caza al temido animal, matándolo el 19 de junio de 1767 con el disparo de una sola bala fundida a partir de dos medallas de plata de la Virgen María. Ni que decir tiene que este hombre se convirtió en un héroe de la región de Auvernia.

El rey pidió que el cadáver del animal fuese trasladado a la Corte, pero desgraciadamente durante el traslado y por el calor el cuerpo llegó a Versalles completamente descompuesto. El rey no pudo más que donar su esqueleto al Museo de Ciencias Naturales de París, donde se conservó hasta la revolución de 1830, fecha en la que en plena sublevación contra Carlos X un incendio fué ocasionado en dicho museo, calcinándose tanto esos huesos como la mayoría de los grabados sobre el "monstruo".

Según consta en las actas notariales y en los archivos departamentales de Puy-de-Dôme. En la necropsia realizada al cadáver de la Bestia se pudo constatar la presencia de las numerosas cicatrices de las heridas proferidas por los campesinos que a ella se enfrentaron. Al ser abiertas las cavidades abdominal y craneana fueron extraídos del estómago las vísceras de un animal, unos huesos de cordero y la cabeza y el fémur de un niño. En el interior de su cabeza sólo había un minúsculo cerebro en proceso de descomposición, mientras que el resto del cráneo era una masa ósea espesa, donde se sujetaban las membranas de una muy potente mandíbula. Además, se certificó la causa exacta de su muerte: "La bala disparada por el fusil del llamado Jean Chastel, la cual traspasó la nuca del animal y arrasó las cuatro primeras vértebras..."